miércoles, 28 de octubre de 2009
Te quiero sin saber lo que te odio, te odio por no estar a mi lado. Te quiero por lo que fuiste, lo que por aquel entonces eras. Hoy de aquello no queda nada: Ni tu forma de mirar, ni tu forma de reir, ni nada. Pero aún hoy, sabiendo que es el final, tengo la esperanza de que solo sea el principio, y es que todo puede cambiar. Solo te pido que no sueltes el hilo que me unió a tu mirada
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